Nuestros antepasados, y tampoco hace falta remontarnos mucho tiempo atrás, adquirían conocimientos que iban pasando de generación en generación. Uno de ellos, era el hacer sus propios jabones, ya fuese para higiene personal, como para poder lavar ropa, utensilios de cocina,...

¿Por qué se ha perdido esta práctica?

El principal motivo de esta grave pérdida es la gran disponibilidad de jabones comerciales, y el precio asequible, pero como suele pasar, existen contraindicaciones, y en este caso el problema reside en la cantidad de químicos que estos contienen (sulfatos, colorantes, parabenos). 

Otro aspecto a destacar es el cambio en el estilo de vida, esto nos deja con un tiempo reducido del día para poder hacer nuestros proyectos, es obviamente infinitamente más cómodo acabar comprando estos artículos cuando realizas tus compras en cualquier supermercado.

Si al punto anterior, le añadimos el poco conocimiento que tenemos o en algunos casos las pocas ganas de aprender, se crea el cocktail perfecto para perder este conocimiento ancestral tan importante tanto para nosotros como para el medio ambiente.

Pero aún hay esperanza ya que la fabricación de jabones artesanales ha experimentado un resurgimiento en los últimos años debido al creciente interés en productos naturales, sostenible, que nos ayudan a llevar una vida más saludable. Además de la satisfacción y la gratificación que se siente al poderse duchar con tu propio jabón, está el granito de arena que aportamos a la sostenibilidad del planeta y así evitar verte aún más químicos en él. 

¿Qué tipos de jabones podemos crear?

En este artículo nos vamos a centrar en 3 de ellos, el de sosa cáustica, el de glicerina, y el de ceniza.

Jabón de sosa cáustica

Seguro que como la mayoría de personas, ahora te estarás preguntando si realmente el hidróxido de sodio, también llamado sosa cáustica, no es un químico dañino para nosotros y el medio ambiente. La respuesta corta es no, siempre y cuando hayamos realizado correctamente el proceso de saponificación.

Cuando utilizamos sosa cáustica en la fabricación de jabones, se produce una reacción química llamada saponificación, que convierte los aceites o grasas en jabón. Durante este proceso, la sosa cáustica se consume completamente, y no está presente en el producto final.

Dentro de esta categoría, existen decenas de aceites o grasas que se pueden utilizar para hacer tus creaciones. Hay que destacar que contra más sólida sea tu grasa, más sólido será tu jabón. Generalmente, grasas que a temperatura ambiente se solidifican como por ejemplo el aceite de coco, de palma o la manteca de cerdo, exceptuando nuestro famoso y tan querido aceite de oliva, que con él, podemos conseguir jabones duros siempre que estén bien curados.

  • Aceite de oliva: Tiene propiedades hidratantes y emolientes, beneficioso para personas con piel seca. Además es rico en nutrientes esenciales y antioxidantes como la vitamina E y los polifenoles. Por otra parte también te ayudará a calmar tu piel, así que también se recomienda para personas con pieles irritables.
    • Hidratación y suavidad: El aceite de oliva es conocido por sus propiedades hidratantes y emolientes. Al utilizarlo como base en tu jabón, ayuda a mantener la piel hidratada, suave y flexible. Es especialmente beneficioso para personas con piel seca o sensible.
    • Nutrición y antioxidantes: El aceite de oliva es rico en nutrientes esenciales y antioxidantes, como la vitamina E y los polifenoles. Estos componentes ayudan a nutrir la piel, protegerla contra el daño de los radicales libres y promover una apariencia saludable.
    • Calmante y antiinflamatorio: El aceite de oliva tiene propiedades calmantes y antiinflamatorias, lo que lo hace útil para pieles irritadas, con picazón o propensas a la inflamación. Puede ayudar a aliviar la irritación y reducir la inflamación en condiciones como el eccema o la dermatitis.
    • Adecuado para pieles sensibles: El aceite de oliva es suave y no suele causar irritación en la mayoría de las personas, por lo que es una buena opción para pieles sensibles o reactivas. Ayuda a limpiar suavemente la piel sin eliminar los aceites naturales protectores.
    • Espuma suave y duradera: El aceite de oliva produce una espuma suave y cremosa en el jabón, lo que proporciona una experiencia de lavado agradable. La espuma es duradera y no se disipa rápidamente, lo que facilita el lavado y enjuague.
  • Aceite de coco: Es una opción muy utilizada para esos jabones que tienen como objetivo eliminar la suciedad, el exceso de grasa y las impurezas de la piel. Al contener ácido láurico tiene propiedades antimicrobianas y antifúngicas. Además tiene un efecto acondicionador, dejando un cabello suave y brillante. También destaca por su estabilidad oxidativa, y esto para nosotros se traduce en una mayor duración en tus creaciones sin enranciamiento.

Las grasas sólidas son las que generalmente son sólidas a temperatura ambiente, como el aceite de coco, el aceite de palma o las grasas animales como la manteca de cerdo y el sebo.

Crear tus propios jabones artesanales puede ser un proceso gratificante y creativo. Aquí tienes algunos pasos básicos para comenzar:

  1. Investiga y adquiere conocimientos: Antes de empezar, investiga sobre los diferentes métodos y técnicas de fabricación de jabones artesanales. Aprende sobre los ingredientes, las proporciones, las herramientas necesarias y las medidas de seguridad.
  2. Reúne los materiales: Una vez que tengas una idea clara de los ingredientes y herramientas necesarios, reúnelos. Esto puede incluir aceites (como aceite de oliva, aceite de coco, aceite de almendras, etc.), sosa cáustica, agua destilada, colorantes, fragancias, moldes para jabón, termómetro, batidor, cuchara de acero inoxidable, etc.
  3. Aprende a calcular las proporciones: Para hacer jabón, necesitarás calcular las proporciones adecuadas de aceites y sosa cáustica. Utiliza una calculadora de saponificación o una fórmula confiable para determinar las cantidades exactas que necesitarás.
  4. Prepara el área de trabajo: Escoge un espacio limpio y bien ventilado para crear tus jabones. Protege la superficie con papel encerado o una lámina de plástico para facilitar la limpieza posterior.
  5. Toma precauciones de seguridad: La fabricación de jabón implica el uso de sosa cáustica, que es un producto químico corrosivo. Asegúrate de usar guantes, gafas de seguridad y ropa protectora para evitar el contacto con la sosa cáustica. Trabaja en un área bien ventilada y evita respirar los vapores.
  6. Sigue las instrucciones paso a paso: Sigue cuidadosamente las instrucciones para hacer jabón artesanal utilizando la técnica que hayas elegido. Esto puede incluir calentar y mezclar los aceites, disolver la sosa cáustica en agua, combinar las dos mezclas y añadir colorantes y fragancias.
  7. Vierte la mezcla en moldes: Una vez que hayas mezclado todos los ingredientes, vierte la mezcla en moldes para jabón. Puedes utilizar moldes de plástico, silicona o incluso moldes improvisados como cajas de leche cortadas.
  8. Deja que el jabón se cure: Después de verter la mezcla en los moldes, deja que el jabón se cure durante aproximadamente 4 a 6 semanas. Durante este tiempo, el proceso de saponificación se completará y el jabón se endurecerá y madurará.

Recuerda que la fabricación de jabón es un proceso químico, por lo que es importante seguir las instrucciones y tomar precauciones de seguridad. Además, ten en cuenta que la sosa cáustica es un producto químico peligroso y debe manipularse con cuidado. Siempre lee las instrucciones de seguridad y sigue las recomendaciones adecuadas.